Desde la Asociación Cultural Turdulia, junto con el Ayuntamiento de Belalcázar, continuamos con nuestro compromiso por recuperar los elementos patrimoniales históricos de la localidad. Con la colocación de la Cruz de Palo, completamos la recuperación de las principales cruces de término que desde tiempos inmemoriales existieron en Belalcázar.
La Cruz de Palo de Belalcázar, aunque de origen incierto, pues se desconoce la existencia de documentos o referencias históricas que determinen con exactitud la época en la que fue colocada y su función primigenia, es considerada una de las cruces históricas de nuestra localidad. Se le presume una antigüedad que fácilmente se remonte varios siglos atrás y, por su emplazamiento en un cruce de caminos, es muy probable que constituyese un humilladero situado a la entrada principal de la villeta de Santa Clara, pedanía cercana a la Villa de Belalcázar compuesta por las casas de las familias que daban servicio al propio monasterio de Santa Clara de la Columna.
Se encontraba, pues, esta cruz ubicada unos 300 metros al suroeste del actual monasterio de Santa Clara de la Columna, en la intersección de sus dos principales caminos de acceso desde la población de Belalcázar, y sirviendo para anunciar la proximidad del mismo a quienes llegaban provenientes del monasterio de los Cinco Mártires de Marruecos por el camino del Marrubial.
Historia y elementos conocidos de la Cruz de Palo
A diario y desde tiempos inmemoriales, los frailes franciscanos que habitaban en el Monasterio de los Cinco Mártires de Marruecos transitaron el camino del Marrubial que llevaba desde su monasterio al de Santa Clara de la Columna para oficiar el servicio litúrgico en este emplazamiento regido por monjas de clausura. Era justo en esta cruz donde paraban a realizar una oración antes de alcanzar su destino.
Cuenta la tradición que, al iniciar de nuevo su marcha desde la Cruz de Palo, el sacerdote movía su farol en la oscuridad de la noche para avisar a las monjas de su llegada. La madre Discreta, oportunamente situada en una ventana del sobreclaustro de la fachada principal del convento, era la monja encargada de dar el aviso al resto de novicias para que comenzaran a disponer los elementos litúrgicos necesarios para el inicio de la ceremonia eucarística.
La austeridad y pobreza franciscanas se simbolizan en esta cruz, sencilla y humilde en sus elementos constructivos, y emblema de la orden que desde hace siglos se ocupa sin descanso de cuidar la fe cristina en Belalcázar, a la cual no pocos descendientes de la propia familia condal belalcazareña se unieron para profesar su fe.
Cuenta la tradición que, al pasar el sacerdote por la Cruz de Palo camino al convento de Santa Clara, movía su farol en la oscuridad de la noche para avisar a las monjas de su llegada.
Los elementos de construcción de la cruz consistían en una tosca peana cilíndrica de granito sobre la que se asentaba una cruz realizada con palos de madera. La peana era de aproximadamente unos 50 cm. de altura por 95 cm. de diámetro, con un orificio redondo en la cara superior para la sujeción del madero de la cruz. La parte visible de dicha peana que emergía sobre el terreno, se encontraba labrada toscamente, no así la que se hundía en el suelo, que se encontraba sin labrar.
Proceso de construcción de la peana, en la que ha sido posible recuperar la piedra original principal que formó parte de la plataforma histórica sobre la que se asentaba la Cruz de Palo. Fotografías: Asociación Cultural Turdulia.
La leyenda del "tesoro" escondido bajo la Cruz y la desaparición definitiva de la misma
Existen evidencias orales –contrastables aún por los más mayores de la población– que sitúan la desaparición de la Cruz de Palo con posterioridad a la Guerra Civil. Se cuenta incluso como, años después de la contienda, una noche estuvo detenido en su emplazamiento durante horas un coche con las luces encendidas mientras los perros del entorno no dejaban de ladrar. A la mañana siguiente, se observó como la tierra de los alrededores de la cruz se encontraba removida, signo inequívoco de que alguien había estado cavando con herramientas para profundizar lo suficiente en la tierra. No tardó la gente del pueblo en comenzar a aventurar que ahí debió haber permanecido enterrado parte del tesoro que fue robado del monasterio durante su ocupación militar, y que esa noche alguna persona cómplice del robo y conocedora de su escondite, se hubiera podido apoderar de él.
Siendo o no del todo cierta la historia del robo, lo que sí nos permite conocer esta historia, tal vez adornada con tintes de leyenda, es que la cruz aún existía y era de sobras conocida por los habitantes de la población hasta hace relativamente poco. Los palos que la conformaban desaparecieron por completo en los siguientes años, probablemente a principios de los años 60 del pasado siglo, debido a la podredumbre de sus maderas. No obstante, don Claudio Rodríguez nos confirma como tiene el vívido recuerdo de haber continuado viendo la peana de la misma todavía ubicada en la orilla del camino hasta finales de los años noventa, momento en el que acabó desapareciendo por completo, dándose entonces por perdido el ultimo reducto existente de la cruz.
Registro gráfico del proceso de colocación de la Cruz de Palo sobre su peana mediante el uso de una grúa con la que facilitar el traslado y elevación de la misma. Fotografías: Asociación Cultural Turdulia.
Iniciativa de recuperación de la histórica Cruz de Palo
Con motivo de la actividad desarrollada estos últimos años por la Asociación Cultural Turdulia, durante la cual hemos emprendido la recuperación de varios de estos elementos arquitectónicos históricos y tradicionales de la cultura popular religiosa de la localidad, una vecina de la misma, doña María Dolores Torrero Toledano, actual propietaria del terreno donde se levantaba originalmente la cruz, quiso emprender su recuperación, cediendo para ello parte de su parcela.
Fue así como se puso en contacto con el Ayuntamiento de Belalcázar, quien se mostró proclive a la propuesta de recuperación, actuando como promotor de la misma e invitándole a contactar con nuestra asociación para que nos encargásemos de emprender los trabajos de construcción y colocación de la misma. De este modo se nos hizo partícipes y colaboradores de esta iniciativa ciudadana, siendo el consistorio el encargado de aportar los materiales y nuestra asociación los trabajos de mano de obra, diseño y construcción de la cruz.
Últimos ajustes para asentar la cruz en el interior de la piedra labrada que le sirve como base. Fotografías: Asociación Cultural Turdulia.
Asumimos, pues, desde la Asociación Cultural Turdulia el encargo de recuperación de la histórica cruz, y en el transcurso de nuestras indagaciones para intentar conocer el paradero de la piedra original que conformaba la peana, averiguamos que el vecino don Rafael Cabanillas Bejarano la había conservado todos estos años para evitar su expolio. Conociendo éste ahora la iniciativa de reconstrucción que ofrecíamos, ha tenido a bien donar la piedra original para que vuelva a ser colocada en su emplazamiento inicial formando parte de la nueva cruz, la cual consigue así preservar una parte esencial de su propia historia, asentándose sobre su estructura original.
Adicionalmente, Fray Jesús, actual párroco de la localidad ha propuesto bendecir solemnemente la Cruz de Palo el próximo día 1 de noviembre a las 13:00h, día de Todos los Santos, haciendo extensiva dicha bendición al resto de cruces recuperadas en estos últimos años en Belalcázar. Desde aquí, aprovechamos estas líneas para reconocer la gran voluntad colaborativa que está demostrando nuestro nuevo párroco, tanto para con nuestra población, como con las actividades desarrolladas por esta asociación en particular.
Proyecto de recuperación de las cruces de término de Belalcázar
Desde la Asociación Cultural Turdulia hemos querido colaborar así de nuevo en la recuperación de un elemento distinguido de la historia de nuestra localidad, volviéndolo a colocar allí donde permaneció durante siglos, y donde ahora esperemos que permanezca como un símbolo más de nuestra tradición, permitiendo a las generaciones futuras conocer y transmitir igualmente su historia.
Desde la Asociación Cultural Turdulia, pretendemos impulsar la creación de una “Ruta de las cruces” que dote a Belalcázar de un nuevo reclamo turístico-cultural que logre explicar y transmitir correctamente el origen y significado de cada una de ellas.
Con esta actuación consideramos culminada nuestra tarea de recuperación de las antiguas cruces de término de la localidad, habiendo colaborado desde el año 2017 junto con el Ayuntamiento de Belalcázar en la reconstrucción en un total de cinco de ellas, como son: la Cruz del Cucurucho, la Cruz de la Calle de la Cruz, la Cruz Verónica, la Cruz de los Garabatos –o rollo jurisdiccional de la Villa– y, ahora, la Cruz de Palo.
Las cinco cruces históricas recuperadas en Belalcázar por el Ayuntamiento de Belalcázar y la Asociación Cultural Turdulia desde el año 2017. Fotografías: Asociación Cultural Turdulia.
Con ello, esperamos haber contribuido a la consolidación y difusión de nuestra historia y haber aumentado, de paso, el patrimonio histórico-artístico de Belalcázar. Ojalá esta acción de recuperación patrimonial perdure en el tiempo y sea merecedora de su conservación por generaciones venideras, a quienes deseamos legar un patrimonio mejor conservado y protegido del que ya nosotros hemos recibido.
Y como objetivo último, queremos anunciar que, desde la Asociación Cultural Turdulia, pretendemos impulsar la creación de una “Ruta de las cruces” que dote a Belalcázar de un nuevo reclamo turístico-cultural que logre explicar y transmitir correctamente el origen y significado de cada una de ellas, contribuyendo así a hacer si cabe aún más imprescindible e interesante la visita a nuestra localidad.
