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La compraventa del Castillo de Belalcázar (7 de junio de 1873)

Actualizado: 17 jun 2019

Sacamos a la luz la escritura de compraventa original del Castillo de Belalcázar y de cómo este fue vendido en 1873 por 5.550 pesetas, libre de toda carga, por el sucesor dinástico de la Casa condal de Belalcázar, quien consiguió dilapidar en vida una de las mayores fortunas de toda España.



Publicamos hoy una pieza fundamental en la historia de una de las fortalezas más bellas de España y símbolo de nuestra localidad: la escritura de compraventa del Castillo de #Belalcázar (Córdoba).



Gracias al excelso trabajo de investigación realizado por nuestro socio Candido Gomez Suarez, la Asociación #Turdulia ha logrado recuperar la escritura de compraventa original del Castillo, en la que el XII Duque de Osuna y XVII Conde de Belalcázar, Mariano Téllez-Girón y Beaufort Spontin –quien consiguió dilapidar en vida una de las mayores fortunas jamás imaginada–, vendió tan preciada propiedad, que había permanecido más de cuatro siglos en manos de su familia, por apenas 5.550 pesetas y libre de toda carga.


En el año 2008, la Junta de Andalucía recuperó para el patrimonio público el Castillo de Belalcázar, pagando a los herederos de aquel trato 1.894.000€, y declarándolo Bien de Interés Cultural.


Compartimos a continuación una entrada detallada con la explicación completa del acuerdo, así como el contexto en el que ocurrió. El documento original puede consultarse aquí: bit.ly/Castillo1873





LA COMPRAVENTA DEL CASTILLO DE BELALCÁZAR (7 de junio de 1873)


Por contextualizar previamente los hechos –aun siendo ya por todos conocidos en mayor o menor medida–, el promotor de la construcción del castillo fue Don Gutierre de Sotomayor, Gran Maestre de la Orden de Alcántara, y a quien el Rey Juan II de Castilla concedió el 6 de noviembre de 1444 las villas de Gahete e Hinojosa, como recompensa a sus múltiples muestras de fidelidad y a sus actuaciones clave frente a la insurrección “antilunista” de los “infantes de Aragón”, Enrique y Pedro. Dicha concesión se vio notablemente reforzada cuando el 30 de agosto de 1445, el Rey entregaba también a Don Gutierre la villa de La Puebla de Alcocer, facultándole para integrarla junto con las dos anteriores y fundar un mayorazgo que podría heredar su hijo Alfonso de Sotomayor. Nacía así la base patrimonial del futuro Condado de Belalcázar.


Dadas las ambiciones y premuras que tenía Don Gutierre por consolidar la posesión del señorío, y como muestra inequívoca ante el pueblo y el mundo de su nueva condición, debió iniciar la construcción del castillo pronto, antes del 1450, sobre edificaciones de otras fortalezas, como la romana y la árabe, cuyos restos aún subsisten. Tras su muerte, producida a finales de 1453 o principios de 1454, le sucedió su primogénito, que junto a su esposa Doña Elvira Manríquez de Zúñiga, dieron un gran impulso a las obras del castillo, finalizando su construcción al poco tiempo y estableciendo allí su residencia palaciega.


La dimensión y magnificencia del proyecto fue tal –tengamos presente que aún conserva la torre del homenaje más alta jamás edificada en la península ibérica con más de 47 metros–, que el bello alcázar construido acabó por dar nombre a la localidad, pasando de la árabe Gahete a la actual #Belalcázar. El castillo se convertía así en un símbolo de poder familiar, en el que la dinastía fijó su domicilio y residencia habitual hasta quedar en total abandono pasados los siglos tras las alianzas dinásticas con otras Casas de noble y rancio abolengo.


De esta forma llegamos a uno de nuestros protagonistas, Mariano Téllez-Girón y Beaufort Spontin, quien, a la prematura muerte de su hermano mayor, en 1844, heredó el mayorazgo de su familia, convirtiéndose así en XII Duque de Osuna, XV Duque del Infantado y, entre otros muchos títulos, XVII Conde de Belalcázar. Repentinamente pasó a ser titular de la gigantesca fortuna de la Casa de Osuna, ensanchada durante siglos de mayorazgos de diferentes casas de la nobleza y considerada la más vasta en bienes, tierras y propiedades de toda España. Comenzó así una vida repleta de lujos, caprichos y fastuosas fiestas –la mayoría en su calidad de embajador de San Petersburgo–, que lo llevó a la más absoluta quiebra económica.


Las Leyes de supresión de los mayorazgos y los diferentes procesos de desamortización que tuvieron lugar en la época hicieron que el Duque fuera el primero de la Casa de Osuna con plena propiedad de sus posesiones, pudiéndolas transmitir y endeudarse a costa de su patrimonio, al convertir en ejecutables sus deudas hipotecarias. Esto propició que comenzara a endeudarse enormemente para poder financiar aquel dispendio y mantener su tren de vida. Así, en 1861, acudió al banquero Estanislao Urquijo en busca de liquidez, quien le concedió un empréstito por importe de 90.000.000 de reales (22.500.000 pesetas) con la garantía hipotecaria de su flamante patrimonio, de alrededor de 1.500 fincas repartidas en más de 20 provincias con una extensión de 200.000 hectáreas. Una de esas fincas era la de nuestro consabido Castillo.


Pese a las repetidas advertencias de sus administradores para moderar sus gastos y evitarle la bancarrota, el Duque prefirió mantener su desenfrenado estilo de vida, no pudiendo en poco tiempo hacer frente a las cuantiosas deudas e intereses generados, por lo que en 1864 acordó firmar un convenio donde se le autorizaba a vender los bienes hipotecados por el Sr. Urquijo, con la condición de que el precio se invirtiera en el pago de las deudas y de los intereses.


Llegamos así al 7 de julio de 1873, cuando Don Manuel Calderón y Palacios, presbítero, de 63 años, natural de La Puebla de Alcocer (Badajoz) y administrador general de los bienes del Duque en Extremadura, firmó en nombre y representación del mismo la escritura de compraventa del Castillo de Belalcázar, que adjuntamos, y en la que el Sr. Duque se deprendía de la propiedad de la finca.


El comprador del terreno, junto con su castillo, fue Feliciano Gallego Mayoral, labrador, de 31 años, natural de Arrollo del Puerco (Badajoz) y casado con Lucía Sánchez Villarejo, la ahijada del susodicho presbítero, quien a su vez le tenía asalariado como guarda de fincas del señor Duque llevándole consigo a Belalcázar cuando cambió allí su residencia en 1871-1872.


Todo ello queda recogido en la escritura, con su articulado, como sigue:


Finca:

“Que el Excmo. Sr. Don Mariano Téllez-Girón y Beaufort, Duque de Osuna y del Infantado y otros títulos, corresponde en propiedad un terreno destinado al cultivo de cereales de secano; en este término y próximo a esta población por el lado norte y su Castillo con sus respectivas murallas situado en su centro en estado de ruinas, siendo la cabida de dicho terreno de 11 fanegas, equivalentes a 7 hectáreas y 40 centiáreas, y linda a saliente con el Arroyo Caganchas, a norte con cerca de tierra destinada a la siembra de cereales propia de D. Simeón López, a mediodía con cerca de igual clase de Servando Cid y a poniente con el mismo Arroyo de Caganchas.”


Cargas:

“El Excmo. Sr. D. Manuel Calderón y Palacios declara […] que el propio terreno con su Castillo destruido en medio, se encuentra hipotecado asimismo al empréstito de 90 millones de reales hecho por D. Estanislao de Urquijo y Landaluce al Sr. Duque de Osuna, por virtud de la cual debe resultar en el Registro de la Propiedad de este partido hipotecado dicha finca a favor de D. Estanislao Urquijo por 9.760 reales (2.440 pesetas)”.


Contrato:

“[…] Por la presente escritura pública […] se da en venta real por juro de heredad y perpetua enajenación a favor del mencionado D. Feliciano Gallego y Mayoral el referido terreno, incluso el Castillo destruido y sus respectivas murallas que hay en su centro, así como el solar de dicho Castillo, bajo las cláusulas y condiciones siguientes:

  • 1ª.- El vendedor transmite la propiedad y dominio pleno de la finca a favor del comprador y sus sucesores, […] por precio y cuantía de 22.000 reales (5.550 pesetas).

  • 3ª.- Declaran las partes que el precio estipulado y satisfecho es el justo y verdadero valor de lo vendido y que no vale más; […].

  • 5ª.- La presente venta se hace en el concepto de ser la finca objeto de la misma completamente libre de cargas para el comprador, y en su consecuencia el Sr. Duque de Osuna […] queda obligado a hacer lo necesario para que en el término de un año contado desde hoy se cancele en el competente Registro de la Propiedad la responsabilidad […] con el Sr. Urquijo.

  • 7ª.- […] el vendedor responderá en todo tiempo al comprador […] sobre la propiedad o posesión de la finca vendida o por razón de cargas si suscitase reclamación o cuestión, […] el Sr. Duque de Osuna y sus causahabientes saldrán a la defensa y seguirán el pleito […] hasta dejar al comprador en quieta y plácida posesión del expresado terreno.”


El 2 de junio de 1882, a las seis y media de la mañana, falleció en su Castillo de Beaureing (Bélgica) sin descendencia directa, el Duque de Osuna, dejando todos sus bienes embargados en España y un pasivo de 44.000.000 de pesetas.


El 14 de enero de 2008, el Castillo de Belalcázar fue adquirido por la Junta de Andalucía a los descendientes de Feliciano Gallego Mayoral (actual familia Delgado), por importe de 1.894.000 euros (315.135.084 pesetas), abonados en efectivo y sin plazos, siendo en 2009 declarado Bien de Interés Cultural e inscrito con su conjunto arquitectónico en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.


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