La vinculación de la familia condal de Belalcázar con los Garcés venidos de Ágreda

Una investigación con base genealógica llevada a cabo por el equipo de Turdulia revela una conexión que podría resultar determinante para la identificación definitiva del escudo familiar de los Garcés correspondiente a la familia condal de Belalcázar.

Detalle del cuadro original de Fray Julián Garcés de los Fayos, existente en la catedral de Puebla (México), en cuya esquina superior derecha puede observarse el escudo de los Garcés de los Fayos, familia de hidalgos con solar en Ágreda (Soria), de donde proviene parte del linaje fundacional de la familia condal de Belalcázar. Fuente: Google

Publicamos hoy un nuevo artículo de investigación realizado por nuestra sección de Historia y encabezado en esta ocasión por Cándido Gómez Suárez, quien nos trae interesantes documentos que nos permiten enlazar con base genealógica el linaje de la familia condal de Belalcázar con el de los Garcés de los Fayos, asentados en localidad soriana de Ágreda.

Fray Julián Garcés de los Fayos, nacido en Ágreda y emparentado con la familia condal de Belalcázar, fue el primer obispo de Txacala (México) entre 1525 y 1541. Impulsor de la bula 'Sublime Deus' por la que el Papa Pablo III reconocía del derecho de los indígenas de las tierras colonizadas en América a ser hombres libres, prohibiendo su esclavización. Fuente: Google

Esta vinculación resulta de especial relevancia puesto que el emblema heráldico de esta rama familiar de los Garcés se muestra en una disposición de fajas con colores dorado y gules (rojo en lenguaje heráldico), lo cual resultaría determinante para la identificación definitiva del escudo familiar correspondiente a la familia condal de Belalcázar por parte del abuelo paterno del I Conde.

Según las crónicas históricas y, tal y como recoge el interesante artículo que al final de estas líneas adjuntamos, don Gil Garcés, padre del Maestre don Gutierre de Sotomayor y abuelo paterno del I Conde, era de una familia hidalga procedente de Ágreda (Soria) que llegó a Raudona (aldea de Medinaceli) –cuya toponimia confundieron algunos cronistas con su apellido llamándole Gil García de Raudona–. Fue con motivo de la muerte de su esposa cuando, buscando el cobijo de su cuñado D. Juan de Sotomayor, trasladó a su familia a Valencia de Alcántara; incluyendo a un joven Gutierre que desde muy pronto sería tutelado por su tío, quien tras ser nombrado Maestre de la Orden de Alcántara en 1416 aprovecharía para entregar a ambos familiares cargos de prestigio dentro de la Orden.

De esta forma, es sabido por las crónicas más antiguas y queda plenamente identificado que la familia por parte del abuelo paterno del I Conde de Belalcázar tenía su origen inmediato en Ágreda, donde además está documentada la presencia de la hidalga familia Garcés de los Fayos al menos desde mediados del siglo XIV (tal y como cita UTRILLA MUÑOZ, R. en su trabajo "Fray Julián Garcés de los Fayos y González de Castejón, natural de Ágreda, primer obispo novohispano e inspirador de la Bula ''Sublimi Deus'').

Sepulcro de D. Juan de Soria y Dª Ana Garcés de los Fayos, en la capilla de San Celedón y San Emeterio de la iglesia de San Miguel de Ágreda (Soria). En el segundo cuartel del escudo pueden observarse las armas de doña Ana Garcés de los Fayos, siendo estas tres fajas de gules sobre campo de oro, aunque lo desvaído de los esmaltes con el paso de los años hacen que el campo sea o parezca de plata.

Lo interesante viene al contemplar que las primitivas armas de dicho linaje fueron, «en campo de oro, tres fajas de gules», que son las que usa el obispo de Tlaxcala, Julián Garcés de los Fayos, tal y como podemos apreciar en el segundo cuartel de su escudo (ver cuadro suyo adjuntado anteriormente). Además, en un sepulcro situado en la capilla de San Celedón y San Emeterio de la iglesia de San Miguel de Ágreda, se observa igualmente el escudo de doña Ana Garcés de los Fayos con dichas armas e idéntica disposición a la de los escudos representados en la 'Sala de la Reina' del castillo de Belalcázar y de Puebla de Alcocer, aunque en este caso el desvaído de los esmaltes con el paso de los años (o los caprichos heráldicos) hayan hecho que el campo sea o parezca de plata, con tres fajas de gules. Posteriormente, es conocido que a dicho escudo se le agregó una bordura exterior con el lema: "creedlo, que de Infantes viene".

Leonor Daza, madre legítima de D. Alfonso de Sotomayor, I Conde de Belalcázar

Adicionalmente a todo lo anterior, en el artículo que publicamos también se presenta por vez primera digitalizado un documento muy importante que no debe pasar inadvertido. Se trata de la Provisión Real que atestigua documentalmente a Doña Leonor Daza como madre legal del I Conde de Belalcázar, D. Alfonso de Sotomayor, de cuyo inicio extractamos el siguiente fragmento, que presentamos transcrito para su mejor comprensión:

"Don Iohán, por la Gracia de Dios, Rey de Castilla, de León [...], por quanto por parte de uos don Gutierre de Sotomayor, Maestre de Alcántara, e del mi consejo me fue dicho que bos el dicho don Gutierre, seyendo cauallero reglar professo de la dicha orden, que ouiérades a Alfonso de Sotomayor vuestro fijo, en doña Leonor Daça, seyendo ella muger soltera, non seyendo obligada a otro matrimonio nin desposorio alguno, me fue pedido por merçet por vuestra parte que legitimase e abilitase e fisiese ábile e capaz al dicho Alfonso de Sotomayor, vuestro fijo, para en todas cosas que ome legitimo e de legitimo matrimonio nasçido lo puede e deue ser [...]".

En adelante, pues, se podrá especular cuanto se desee acerca de quién fue la madre carnal del I Conde de Belalcázar, D. Alfonso de Sotomayor, pero no cabe duda de quién es la madre a efectos legales, puesto que es el propio Rey Juan II de Castilla en su Provisión Real expedida el 4 de septiembre de 1437 en Medina del Campo, quien legitima a Doña Leonor Daza –a petición del propio padre D. Gutierre de Sotomayor y apenas un año después del nacimiento de su hijo– como madre de D. Alonso de Sotomayor.

Así que sin más preámbulos, aquí os dejamos con el referido artículo, que nos invita a seguir con nuestra labor de investigación en los diferentes archivos para intentar enriquecer aún más la historia de nuestro pueblo.