El equipo de investigación histórica de la Asociación Cultural Turdulia descubre el motivo de la existencia de flores de lis en la torre del Homenaje al ratificar, a través el linaje de Alfonso de Sotomayor, I Conde de Belalcázar, que su madre era Leonor Daza y disponía en su escudo de dichas armas.
Nada es casual en el castillo de Belalcázar. Su estructura y sus elementos decorativos encierran una simbología extraordinaria que hay que saber interpretar. Pero igual que parte de ella se encuentra de sobras documentada, existe otra que vamos poco a poco descubriendo gracias a las conclusiones alcanzadas a partir de los más variados documentos históricos.
Por ejemplo, durante siglos se han dado por tristemente desaparecidas las piezas que remataban el adarve del castillo y que nos hubieran permitido reconstruir el aspecto original de la fortaleza, pero durante los recientes trabajos de rehabilitación que se están llevando a cabo, ha aparecido una de las piedras labradas que lo formaban y que confirman la imagen tradicionalmente propuesta por Ramírez de las Casas-Deza, que hablaba en sus crónicas de una merlatura calada en forma de "flores de lis".
Pues bien, ¿cuál sería el significado de estas flores de lis presentes en la fortaleza? ¿Eran simplemente un motivo ornamental más o encerraban algún secreto e información adicional? Como decimos, el castillo de Belalcázar está impregnado de un marcado simbolismo, contando entre sus elementos decorativos más significativos de diversos testimonios heráldicos de la familia condal que se encuentran plenamente integrados en su arquitectura; de forma tan hábil en ocasiones que, pese a su gigantesco tamaño, pueden incluso llegar a pasar desapercibidos para los no instruidos.
Así, por ejemplo, la cadena labrada en los sillares de granito que marca la separación entre el cuerpo cuadrado inferior y el recrecimiento posterior ha sido interpretada como el emblema de las armas de los Zúñiga, y las ocho escaraguaitas que flanquean el centro y las esquinas de la torre del homenaje muestran claramente el ajedrezado característico de las armas de los Sotomayor, convirtiéndose probablemente en uno de los escudos más grandes jamás representados en el reino de Castilla, con 6 m de altura y 3,5 m de anchura, en un claro mensaje de legitimación y autoafirmación de la autoridad de la familia Sotomayor y de sus sucesores en el nuevo señorío de Belalcázar.
Pero nos falta por identificar a qué podía corresponder la flor de lis. Pues como bien se relaciona en el documento de investigación realizado por miembros de nuestra Asociación que más abajo presentamos, la flor de lis con la que se corona el castillo se correspondería con el emblema de la casa de los Daza, en honor de la rama familiar por parte de abuelo de Alfonso de Sotomayor, I Conde de Belalcázar y, en concreto, al escudo de su madre: Leonor Daza.
Cabe destacar que existen dos corrientes de opinión acerca de la auténtica identidad de la madre del I Conde de Belalcázar, Alfonso de Sotomayor. Unos investigadores defienden que era Leonor Daza, tal y como se identifica en la provisión real de Juan II de Castilla donde legitima a Alfonso como hijo primogénito del Maestre de la Orden de Alcántara D. Gutierre de Sotomayor (1), mientras que otros sostienen que se trata de Leonor de Guzmán y Córdoba, con motivo de un epitafio que ordenó colocar en el s.XVI su bisnieto sobre la sepultura, indicando que era la madre del I Conde (2). En base a la diversa documentación obtenida que adjuntamos en el artículo, nos consideramos en disposición de poder zanjar esta antigua polémica, aseverando que la madre del conde fue Dña. Leonor Daza sin ningún género de duda.
Lo que nuestros investigadores revelan ahora en el presente documento es que las armas correspondientes a los Daza son "cinco flores de lis con espada atravesada"
Además, hemos identificado que Leonor Daza fue a su vez sobrina de D. Gutierre, dado que era la hija del comendador de Lares (3) y ese cargo lo ocupaba por entonces su hermano D. Juan.
Veámoslo con más detalle: es sabido que D. Gutierre fue hijo de Gil García de Aza y de su mujer Teresa de Sotomayor, hermana del maestre de Alcántara Juan de Sotomayor. Este último, tío de D. Gutierre, durante el desempeño de su cargo, concedió varias encomiendas a sus parientes en el acostumbrado acto de nepotismo propio de quien atesoraba el poder: a su sobrino homónimo Juan de Sotomayor, hermano de Gutierre, le dio la encomienda de Lares, a Gutierre le nombró clavero mayor de la Orden y más tarde comendador, y al padre de ambos, Don Gil, le nombró comendador de Piedrabuena –entre otros muchos cargos menores que fue repartiendo entre familiares– (4).
Así pues, la madre del I Conde de Belalcázar era a su vez prima hermana de este. Este tipo de circunstancias, aun sorprendentes hoy en día, eran habituales en la época, donde reyes y nobles casaban con sus mismas líneas de sangre para hacer más puro el linaje. En este caso no existieron capitulaciones matrimoniales sino simplemente procreación de un heredero. Es muy probable que Dña. Leonor se encontrase por aquel entonces bajo la custodia y el cuidado de D. Gutierre, puesto que su padre D. Juan –hermano de D. Gutierre– había fallecido en 1435 acompañándole por Sevilla en una campaña contra los infieles (5), lo que generó en el Maestre gran pesadumbre. Así, tras tener un hijo con ella, debió optar por honrar a ella y a la memoria de su hermano legitimando oficialmente a su hijo Alfonso mediante provisión real en 1437, convirtiéndolo de este modo en su predilecto –que no necesariamente primogénito–, en cuyo favor acabó fundando el mayorazgo principal.
El motivo por el que los apellidos de Gutierre y Leonor no son coincidentes pese a ser su sobrina por parte de hermano se debe a la costumbre muy extendida en Extremadura de anteponer el apellido más ilustre –en este caso Sotomayor–. Doña Leonor en cambio no los permutó, manteniendo el orden común de sus apellidos y siendo conocida por el de su abuelo "García de Aza" en su acrónimo "Daza".
Además de confirmar la identidad de la madre del Conde, lo que nuestros investigadores revelan ahora en el presente documento es que las armas correspondientes a dicho apellido son "cinco flores de lis con espada atravesada", lo que explicaría además la existencia de estas figuras en lugar tan distinguido de la torre del Homenaje, no siendo más que otra enseña identitaria de la familia Sotomayor, que quiso dejar plasmado en el castillo de Belalcázar, cual árbol genealógico tallado en piedra, los orígenes heráldicos de su linaje.
El castillo de Belalcázar está impregnado de un marcado simbolismo, contando entre sus elementos decorativos más significativos de diversos testimonios heráldicos de la familia condal
A continuación mostramos –junto a los bien conocidos escudos de los Sotomayor y Zúñiga– un escudo que bien podría asemejarse por su descripción al de los Daza, así como una infografía situando sobre la Torre del Homenaje cada una de las representaciones heráldicas de la familia Condal de Belalcázar que pueden encontrarse en ella, ofreciendo así un motivo adicional al ornamental para la existencia de motivos florales trilobulados en el castillo, que bien podrían representar las flores de lis del referido escudo:
Y es que esta nobleza nueva, proveniente en su mayor parte de un ascenso desde simples caballeros, alcanzó su nueva posición social falta de tradición y de un modelo formal que la definiera ante los demás, por lo que tendió a conceder gran valor a los signos exteriores, ya que son los que darían a conocer a los demás la calidad que poseían. Así, el castillo de Belalcázar fue convertido por los Sotomayor en su casa solariega, donde se inició su linaje y la fundación del mayorazgo, por lo que se esmeraron mucho en dejar plasmado en sus piedras cuáles eran sus orígenes y pilares para la posteridad.
Pensemos que la construcción de un castillo tan impresionante como este no solo pretendía dominar militarmente el territorio y afianzar la plaza, sino también lanzar un potente mensaje a todo aquel que se atreviera a poner en entredicho la hegemonía del señor feudal sobre la región. Y en los primeros años de señorío de los Sotomayor, fueron varias las ocasiones en las que debieron defender su posición ante la nobleza cordobesa, que siguió reclamando por largo tiempo la adhesión de nuevo de las villas de Gahete e Hinojosa a su jurisdicción tras la concesión de las mismas por parte del rey Juan II de Castilla a D. Gutierre de Sotomayor en el año 1444.
Llegados a este punto y realizada la composición de lugar previa y necesaria para complementar correctamente el siguiente escrito, os dejamos con el artículo de investigación completo para vuestra lectura y análisis, esperando que resulte de vuestro más absoluto interés:
Bibliografía:
(1) OSUNA, C.215, D.13-14; "Provisión real de Juan II de Castilla por la que legitima a Alfonso de Sotomayor, hijo de Gutierre de Sotomayor, maestre de Alcántara, y Leonor Daza". Archivo Histórico de la Nobleza, 1437. [Volver]
(2) PELLICER DE OSSAU Y TOVAR, J., "Ivstificación de la grandeça y cobertvra de primera clase, en la casa y persona de D. Fernando de Zúñiga", pág. 132, 1668. [Volver]
(3) RADES Y ANDRADA, F.; "Chronica de las tres Ordenes y Cauallerias de Sanctiago, Calatraua y Alcantara", Chrónica de Alcántara, cap. 34, p.44. Toledo, 1572. [Volver].
Nota: Según este autor, la madre de D. Alfonso de Sotomayor fue una doncella noble, hija del Comendador de Lares Gonzalo de Raudona, que antes de ser freyle había estado casado. No obstante, TORRES Y TAPIA, A. en su "Crónica de la Orden de Alcántara. Volumen II" (1763) tilda de errónea esta conclusión, esgrimiendo que no consta en sitio alguno que dicho caballero hubiese contraído matrimonio antes de haber profesado en la Orden. De ello cabe suponer que, si no era hija del Comendador de Lares Gonzalo de Raudona –primo hermano de D. Gutierre–, lo debía ser de su predecesor en el cargo, D. Juan de Sotomayor –hermano de D. Gutierre–, quien ostentó igualmente esta posición justo en los años previos al nacimiento de D. Alfonso de Sotomayor.
Las crónicas narran que D. Juan de Sotomayor fue nombrado en el cargo el año 1416 [GUERRERO CABANILLAS, V. "La Encomienda de Lares (siglos XIII-XIX)" (2013)] merced al favor familiar de su tío homónimo, maestre de la Orden de Alcántara por aquel entonces, ocupando el cargo hasta su fallecimiento en 1435 en la desdichada operación militar llevada a cabo por su hermano D. Gutierre de Sotomayor, que desde 1432 ostentaba ya el maestrazgo de la Orden. El primo de ambos, D. Gonzalo de Raudona, fue quien le sucedió en la encomienda de Lares, cuya memoria en dicha posición alcanzó el año 1478, momento en el que le sucedió D. Nicolás de Ovando. El nacimiento de D. Alfonso de Sotomayor debió producirse poco tiempo antes de su legitimación oficial en 1437, por lo coincidió justo en el momento de transición entre ambos comendadores, lo que presumiblemente ocasionaría la confusión.
Sea como fuere, que el padre de Leonor Daza fuese uno u otro, no tendría gran incidencia en las conclusiones del estudio, puesto que ambos entroncan en idéntico linaje, tal y como puede apreciarse de forma más esquemática en el siguiente árbol genealógico (COOPER, E. "Castillos señoriales en la Corona de Castilla, Volumen 1", 1991):
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