Después de unos años como los vividos, que han dejado huella en nosotros y cuyas consecuencias todavía seguimos padeciendo, se ha hecho patente la necesidad de interrelación y de cultivo de la mente como mecanismo para la evasión y la salud mental. Privados como hemos estado durante mucho tiempo de la posibilidad de contacto físico con nuestros familiares y amigos, del disfrute despreocupado del ocio y del acceso normalizado a la cultura, el turismo de emociones ha ganado enteros como propuesta de desarrollo futuro.
Ante la cultura de la evasión y alienación –entendida como una vía de escape rápida de los problemas, tanto propios como sociales existentes, sin llegar a enfrentarlos– que venía imperando, se demanda ahora un turismo integral, un turismo de experiencias, en el que ya no solo sirve devorar ciudades y monumentos para colgar una foto en redes sociales y decir “yo estuve ahí”. Ahora la humanidad requiere de una pausa, de una vuelta a los orígenes, de reconectar con el pasado y con la naturaleza, de saborear los momentos que uno vive y deleitarse con las emociones que uno siente. De completar el ser con cultura y nuevas sensaciones, creciendo como individuo durante el descubrimiento de su entorno y su historia. En definitiva, la necesidad de sentirse vivo, que ahora valoramos –o deberíamos valorar, si es que de algo ha servido todo esto– mucho más que hace apenas dos años.
Así, se abren nuevas oportunidades de desarrollo para el ámbito rural –poseedor natural de este patrimonio–, para consolidarse como destino turístico de referencia; uno de los pocos que consigue aunar naturaleza, gastronomía, patrimonio y cultura. Los mimbres están, los tenemos desde antiguo conservados a través de nuestras tradiciones. Lo que falta ahora son las inversiones y la necesaria colaboración público-privada que facilite el desarrollo de este concepto. Debemos remar todos juntos, cohesionados, tanto desde las diferentes administraciones como desde las asociaciones locales existentes para impulsar toda iniciativa que surja y resulte valedora de estos principios en beneficio del bien común.
Ya reflexionamos en nuestro anterior artículo escrito para el programa de feria de Belalcázar lo que puede suponer el patrimonio como fuente de desarrollo económico para una región despoblada, y las oportunidades de que goza nuestra localidad en ese aspecto, que la podría convertir en motor económico para Los Pedroches.
Desde la Asociación Cultural Turdulia Belalcazarensis estamos comprometidos con esa labor y tratamos de orientar nuestras actuaciones hacia la consecución de dichos objetivos, trabajando como palanca para el cambio y tratando de sentar las bases para facilitar el camino a quienes nos sucedan. Así, desde nuestra humilde aportación, durante este último ejercicio consideramos haber realizado acciones para colaborar con el desarrollo cultural de nuestra población, entre las que destacamos las siguientes:
hemos colaborado en el rodaje y estreno del documental “El misterio de Tartessos: Las estelas de Belalcázar”, donde damos a conocer el extraordinario yacimiento arqueológico belalcazareño que aglutina hasta 54 petroglifos con círculos concéntricos tallados en ortostatos verticales –considerado único en Europa– y analizamos dos de las estelas del guerrero de la Edad del Bronce halladas en nuestro término municipal;
hemos organizado una serie de actos conmemorativos para celebrar el 750 aniversario de la advocación a Santiago El Mayor de la parroquia de Belalcázar, desde que se consagró en 1272 hasta el presente año 2022;
hemos impulsado la representación este verano de la obra de teatro “La leyenda de la Cueva de la Mora de Gafiq”, enmarcada dentro de un ambicioso proyecto memorial con el que se pretende dar reconocimiento a la figura de nuestro celebérrimo paisano Mohammed Al-Gafequi;
hemos consumado la inclusión del Puente Pellejero en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la Asociación Hispania Nostra, logrando así hacer notoria su marcada situación de abandono y riesgo de derrumbe, y reclamando su pronta rehabilitación y la adecuación de su inmediato entorno medioambiental;
hemos colaborado con la Universidad de Huelva en el ambicioso proyecto “Vrbium Baeticarum: Conventus Cordubensis”, que pretende ubicar y documentar todas las ciudades de la Bética romana, entre ellas Solia y Baedro;
hemos rescatado y hecho públicas las actas de incautación de bienes durante la Guerra Civil al Convento de Santa Clara de la Columna con intención de conseguir pistas acerca de su posible localización actual y tratar de gestionar su devolución y reagrupación;
hemos realizado una investigación acerca de los motivos heráldicos existentes en la torre del homenaje del castillo de Belalcázar que nos ha llevado a proponer una nueva interpretación de alguno de sus escudos y a teorizar acerca del motivo de la existencia de flores de lis en la misma;
hemos completado un estudio con base heráldica y genealógica sobre la familia condal de Belalcázar de cuyas conclusiones se extrae la posible necesidad de reescribir el linaje fundacional de la misma, tras identificar nuevos vínculos que esclarecen sus orígenes;
hemos colaborado en la realización de un proyecto medioambiental de carácter educativo con la participación de un total de 63 niños y niñas del colegio local, en el que se colocaron 50 nidos de pájaros y se plantaron 46 árboles en la zona del Monte Malagón,
y, mientras tanto, continuamos defendiendo en todos los foros y entrevistas nuestro patrimonio local como eje vertebrador para el repoblamiento y la sostenibilidad de la región, debiéndose convertir en un recurso vivo, impulsor de la economía, del turismo, del empleo y de la cultura, tanto de Belalcázar como de Los Pedroches.
Estos son solo algunos de los proyectos e iniciativas que ya hemos completado, pero muchos más son los que tenemos en mente y puestos en marcha para el próximo curso, de los que os iremos dando debida cuenta a través de nuestra web oficial y redes sociales, que desde aquí os animamos una vez más a seguir. Mientras tanto, os deseamos a todas y todos que paséis una ¡¡FELIZ FERIA Y FIESTAS DE SAN ROQUE 2022!!
Un artículo de Javier González Calderón para la Asociación Cultural de Historia y Arqueología “Turdulia Belalcazarensis”.
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